Capitulo N° 3 “Conociéndose”

Hola chiquis! Como lo prometi, tarde pero seguro, aca les dejo el 2do cap del dia! COmo saben ya mañana me voy Si Dios quiere y se queda Sofi a Cargo, mimenla muchoooo mucho! Que es HIPER buenita.... Las quiero a montones y nos leemos a mi vuelta si Dios quiere ♥ SON MUCHO

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Capitulo N° 3  “Conociéndose”

Un fin de semana tranquilo, sin nada nuevo y sin mucho movimiento como todos los fines de semana y como mi vida en general que se trataba de estar encerrada en estas cuatro paredes de la casa.

Hoy ya era día lunes, Maximiliano se había ido por la mañana temprano como todos los días hacia el trabajo y vendría ya con su compañero de catedra que de por si ni siquiera el nombre sabia de él. Después de ordenar y limpiar como todos los días, me senté a leer un libro que me mando de regalo Ana y que lo mantenía escondido de Maximiliano.

Alrededor de la las doce del mediodía, guarde el libro en donde solo yo sabía de la existencia de ese lugar y me dispuse a cocinar, el menú era milanesas con arroz con queso.

Pasadas las dos de la tarde sentí las llaves en la puerta y posterior a eso dos pares de pasos en conjuntos llegando hacia la cocina.

Maximiliano: Hola amor.

Lali: Hola Maxi

Maximiliano: Él es mi compañero de quien te hable. Juan Pedro

JP: Hola…. (Esperando a saber mí nombre) –

Lali: Mariana, Pero me dicen Lali.

JP: Un gusto Lali, No sabía que Maxi estuviera en pareja.  – Genial, Maximiliano había pasado todo un fin de semana hablándome del amigo que sin saber el nombre al flaco ya lo tenía hasta en la sopa y no había sido capaz de decirle que al menos tenía un pichicho llamado Lali – No otra vez esa vos… Ya ni siquiera luchaba por callarla.

Maxi: No, es que no hace mucho que estamos en pareja. – Ok casi tres años no eran suficientes-

Peter: Ahhh claro.

Lali: Se sientan en la mesa del comedor por favor? Ya está la comida.

Maximiliano: Ok (Marcho a sentarse en su lugar, la punta)

Peter: Te ayudo en algo queres?  - Más caballero el amigo de Maximiliano, que Maximiliano -

Lali: No gracias. Está bien ponete cómodo en la mesa.

Peter: Nono, yo llevo el arroz. (Sonrisita compradora) – Terco pero caballero y lindo? -

Peter llevo el arroz y yo las milanesas, las pusimos en el centro de la mesa y al sentarnos nos dispusimos  a comer los tres.

Ellos como yo ya me lo imaginaba, se la pasaron hablando de la facultad y sus próximos proyectos a futuro, de los profesores, de las materias y de pura arquitectura, cosa que a mí me aburría de una manera que por momentos me hacía odiar a quien la había inventado.

Cuando terminamos de comer, me levante de la mesa no sin antes decir un “Buen Provecho” y comencé a levantar la mesa, Peter se levantó y también empezó a levantar la mesa, a último momento y cuando en la mesa solo quedaba un vaso solo, Maximiliano se levantó y lo dejo en la pileta, obviamente  no iba a lavarlo, con solo haberlo puesto en la pileta para el eso era demasiado, mientras yo lavaba los platos, Peter agarro la rejilla y limpio la mesa, y cuando termino se volvió a acercar a mí y quiso empezar a secar los platos, pero ante mi negación a esto, porque los dejaba escurrirse,  pidió permiso y se fue al comedor para sacar sus libros, apuntes y computadora portátil para empezar a trabajar.

Maximiliano: Lali, donde está la compu portátil?

Lali: Donde la dejaste por última vez vos, sabes que yo no la uso.  – Claro, como la vas a usar si la única vez que lo usaste para jugar un solitario, enfureció y ya no hace falta terminar de contar lo que paso – Ya no me iba  a poner a contradecir la voz interior que tenía, yo se la retrucaba y ella me la retrucaba 50 veces más, era inútil tratar de ganarle.

Maximiliano: Tráemela.

Peter: Maxi, no te la podes ir a buscar vos? Ella está terminando de limpiar.

Maximiliano: No le cuesta nada traérmela. 

Deje el repasador sobre la mesada que estaba terminando de limpiar, pase por el comedor, entre a la habitación, me subí a una silla, abrí la parte de arriba del placad, corrí las tres cajas, saque la caja más pequeña de atrás, me baje de la silla, abrí la caja, saque la computadora,  salí de la habitación, y antes de volver a entrar a la cocina se la deje delante de el sobre la mesa.

Volví a entrar en la cocina, agarre otra vez el repasador y antes de agarrar un plato para terminar de repasarlo y guardarlo ya que se habían escurrido lo suficiente la vos de Maximiliano me volvió a interrumpir.

Maximiliano: Lali mi mochila de la facultad con los apuntes?

Lali: En el sillón de la entrada.

Maximiliano: Tráemela por favor.

Peter: Maxi, estas a tres pasos del sillón. Porque no vas vos?

Maximiliano: Es que estoy cansado.

Peter: Deja Lali, yo se la alcanzo. – Si no hubiera sido por Peter vos hubieras dejado todo y hubieras ido a buscarle las cosas al señor que está en una posición de Rey constipado, porque lo haces? Eh? Dios cuando será el día que te le plantes y le pongas un bol de sombrero y empieces a hacer tu vida…- La voz nunca se iba a callar, ya me había dado cuenta.

Termine de guardar los platos, deje la cocina toda acomodada y me fui a la habitación con el fin de descansar un rato. Me recosté en mi lugar y pocos minutos más tarde ya estaba con los ojos cerrados descansando, hasta que este fuera interrumpido por la alarma del pequeño reloj que estaba en la mesa de luz de mi lado haciéndome saber que era la hora de levantarme a prepararle el café matutino a Maximiliano. Me levante de la cama, la acomode, pase por el baño, me lave un poco la cara, volví a peinarme porque tenía los pelos todos revueltos y ya fui a mi lugar: La cocina para prepararle el café a Maximiliano; Si bien el no reaccionaba violentamente por cualquier cosa, solo lo hacía al enojarse o cuando algo que él quería le salía mal, yo prefería atenderlo  bien y no alimentar su enojo ante la duda si es que lo estaba.

Lali: Peter, queres tomar algo? (Ellos seguían trabajando en su proyecto)

Peter: Podría ser un café Lali si no es molestia por favor? (Dejando de mirar un segundo a la PC para mirarme a los ojos) - Un chico que hace horas que conoces, te trata bien, te ayuda a limpiar y encima deja de hacer lo que está haciendo para mirarte a los ojos y pedirte de buenas maneras algo y el inútil de tu novio siempre lo mismo un oso perezoso con un carancho en el pelo – Ni un minuto de paz me daba la voz interior.

Lali: Si ya te lo traigo no hay problema.

Fui a la cocina, prepare los dos cafés y después volví a instalarme la en la cocina para hacer la lista de lo que faltaba, así llamaba al supermercado, hacia el pedido y el chico del supermercado lo traía hasta casa, ni eso salía a hacer, ni los mandados, por eso siempre digo que solo vivía encerrada en cuatro paredes.